viernes, 15 de julio de 2011

Ejercicios

Cerrando el tema de la juventud en los '60, vamos a hacer unos ejercicios para repasar lo que sabemos y entendimos. Si no tenés el texto en papel, no te preocupes, son las mismas entradas que están en este blog etiquetadas como Los '60

1. Elegí dos fragmentos y vincularlos entre sí. Explicalos con tus palabras.
2. Qué relación encontrás entre la Guerra Fría y el golpe de Estado del '66 en la Argentina?
3. Cuáles fueron los cambios más importantes que se produjeron en esos años?
4. Escribí un ensayo libre sobe lo que pensás de esa época.

Te pedimos que lo subas a tu blog, lo etiquetes, y después pongas el link como comentario a esta entrada. Gracias!

viernes, 1 de julio de 2011

La primavera de los pueblos

“Cuando en mayo de 1969 estalló el breve pero poderoso movimiento de protesta –el Cordobazo-, el único capital de Onganía, el mito del orden, se desvaneció.
El estallido ocurrido en Córdoba en mayo de 1969. Vino precedido de una ola de protestas estudiantiles [...] y de una fuerte agitación sindical en Córdoba, donde se concentraban las principales fábricas automotrices. Estudiantes y obreros se conjugaron el 29 de mayo de 1969.
[...] No era difícil encontrar en todo el mundo señales confirmatorias de esa primavera de los pueblos [...] se advertía una ola de descontento en toda la sociedad y, sobre todo, en la rebelión de su grupo más sensible: los estudiantes. Se expresó en Praga, en México, en París durante 1968, clamando contra el autoritarismo y por el poder de la imaginación.”


Texto tomado de Luis Alberto Romero, op.cit.

La revolución social

“Esta multitud de jóvenes con sus profesores, que se contaban por millones o al menos por cientos de miles en todos los países, salvo en los más pequeños o atrasados, cada vez más concentrados en campus o ciudades universitarias, eran un factor nuevo tanto en la cultura como en la política. Eran transnacionales, al desplazarse y comunicarse ideas y experiencias más allá de las fronteras nacionales con facilidad y rapidez [...] Tal vez como revelaron los años sesenta, no sólo eran políticamente radicales y explosivos, sino de una eficacia única a la hora de dar una expresión nacional e incluso internacional al descontento político y social. En países dictatoriales, solían ser el único colectivo ciudadano capaz de emprender acciones políticas colectivas [...] 
Si hubo algún momento en los años posteriores a 1945 que correspondiese al estallido mundial simultáneo con que habían soñado los revolucionarios desde 1917, fue en 1968, cuando los estudiantes se rebelaron desde los Estados Unidos y México en Occidente, a Polonia, Checoslovaquia y Yugoslavia en el bloque socialista, estimulados en gran medida por la extraordinaria erupción de mayo de 1968 en París, epicentro de un levantamiento estudiantil de ámbito continental.”


Texto tomado de Eric Hobsbawm, Historia del Siglo XX, Bs. As., Crítica, 1998.

La doctrina de la Seguridad Nacional

En el marco de la llamada Guerra Fría, el enfrentamiento ideológico entre dos bloques absolutamente enfrentados e irreconciliables –uno capitalista, liderado por los Estados Unidos y otro socialista, encabezado por la Unión Soviética–, América Latina formaba parte del primero. Las Fuerzas Armadas latinoamericanas en su conjunto quedaron subordinadas a una estrategia militar planteada, elaborada y organizada en los Estados Unidos: la doctrina de la Seguridad Nacional. Esta doctrina era consonante con los lineamientos que marcaba el Pentágono para combatir la penetración comunista en el continente americano y establecía que las Fuerzas Armadas debían intervenir en los asuntos internos de las naciones latinoamericanas con el fin de alejar de éstas el peligro de la subversión comunista. Es decir que el comunismo no era considerado un peligro externo, sino un enemigo oculto e interno que debía ser controlado y suprimido, mejorando los mecanismos de control sobre las ideologías y actividades de los grupos sociales.
En América Latina y el Caribe cualquier cambio en el orden político comenzó a ser sospechoso de provenir de la “subversión interna”. Cualquier reclamo social o económico “podía afectar a la seguridad nacional”. Las Fuerzas Armadas latinoamericanas habían sido educadas en las escuelas y centros de adiestramiento de los Estados Unidos y Panamá.


Texto adaptado a partir de: Juan Carlos Portantiero “Argentina en la crisis política y eco- nómica 1958-1973”, Revista Mexicana de Sociología, México, 1977 y Sr. Simón A. Láza- ra, Seguridad Nacional, sistema republicano de gobierno y derechos Individuales, Confe- rencia publicada por la APDH, 1985.

Onganía en el gobierno

“La vuelta a un gobierno con base militar presidido por el general Onganía habría de iniciar un nuevo capítulo en la historia reciente de la Argentina [...]. Lo cierto es que bajo este gobierno los problemas del país se agravaron. Sin elecciones en las cuales descargar sus energías políticas, ante medidas económicas impopulares y como reacción frente a la violenta intervención de las universidades, la generación de argentinos jóvenes fue haciéndose cada vez más revolucionaria.
La significación plena de este proceso no se reveló hasta el levantamiento de estudiantes y obreros en Córdoba, en mayo de 1969 [...].”


Texto tomado de Robert A. Potash, El ejército y la política en la Argentina (II), Bs. As., Hyspamérica, 1986.

El ensayo autoritario

El 28 de junio de 1966, en la Argentina se produjo un golpe de estado militar. El gobierno fue asumido por el general Juan Carlos Onganía. Éste sostenía la necesidad de fortalecer el Estado dotándolo de autoridad.
“La primera fase del nuevo gobierno se caracterizó por un shock autoritario. Se proclamó el comienzo de una etapa revolucionaria, y a la constitución se le adosó un Estatuto de la Revolución Argentina, por el cual juró el general Onganía, presidente designado por la Junta de comandantes, que se mantuvo en el poder hasta junio de 1970. Se disolvió el parlamento –el presidente concentró en sus manos los dos poderes– y también los partidos políticos, cuyos bienes fueron confiscados y vendidos, para confirmar lo irreversible de la clausura de la vida política. [... ] La represión del comunismo –uno de los temas que unía a todos los sectores golpistas– se extendió a todas aquellas expresiones del pensamiento crítico [...]. El blanco principal fue la Universidad.


Texto tomado de Luis Alberto Romero, Breve Historia contemporánea de la Argentina, Bs. As., FCE, 1994.

Feminismo

Los sesenta fueron años de intensa agitación política. Las contradicciones de un sistema que tiene su legitimación en la universalidad de sus principios, pero que en realidad es sexista, racista, clasista e imperialista, motivaron a la formación de la llamada Nueva Izquierda y diversos movimientos sociales radicales como el movimiento antirracista, el estudiantil, el pacifista y, claro está, el feminista. La característica distintiva de todos ellos fue su marcado carácter contracultural: no estaban interesados en la política reformista de los grandes partidos políticos, sino en forjar nuevas formas de vida -que prefigurasen la utopía comunitaria de un futuro que divisaban a la vuelta de la esquina- y, cómo no, al “hombre nuevo”. Y tal como hemos venido observando hasta ahora a lo largo de la historia, muchas mujeres entraron a formar parte de este movimiento de emancipación.

Contexto político internacional

“Guerra Fría”. EE.UU. “vs” URSS. Capitalismo vs. Comunismo.

1961: Construcción del muro de Berlín.
Luchas por Descolonización (anti-racistas, con carácter nacional, no alineadas ni a EE.UU. ni a URSS).

1962: Independencia de Argelia. Luego de varios años de lucha por la liberación de Argelia (Colonia francesa).
Guerra de Vietnam.

1969: llega el hombre a la luna (en medio del contexto por la carrera espacial).

Otro “enemigo” de EE.UU. es China.
Conflictos en Medio Oriente. (Petróleo, control del territorio, etc.)
Guerra de los Seis Dias entre Israel y Palestina. 

La década del 60

Desde los años 50 y sobre todo a partir de la década del 60 se produjeron cambios importantes en las familias. El ingreso de la mujer al mercado laboral y su acceso cada vez mayor a estudios superiores fue una de las causas de estas transformaciones. También, se redefinieron los roles de los padres y las madres y emergieron los jóvenes con un nuevo protagonismo, que también implicaba un fuerte cuestionamiento a los valores de la generación de sus padres.